En los días previos a la declaración del estado de alarma y que se decretaran las limitaciones de movilidad, la Catedral y el Centro Internacional de Acogida al Peregrino siguieron las recomendaciones de las autoridades y tuvieron que cerrar sus puertas. Dado que en aquellos días muchos peregrinos se encontraban caminando a Santiago, el servicio de emisión de la Compostela no se interrumpió y se habilitó un sistema extraordinario para obtenerla. Los peregrinos debían depositar en un buzón instalado en el exterior su credencial como comprobante de su peregrinación y rellenar un formulario con sus datos personales.

Después de que los documentos pasaran una cuarentena, el personal de la Oficina del Peregrino procedió a la preparación de los certificados y a sellar con el timbre de la Catedral sus credenciales. En estos días el Centro Internacional de Acogida al Peregrino ha comenzado a remitir por Correos las Compostelas de aquellos peregrinos cuyo final del camino se vio tan tristemente condicionado por la expansión del covid-19.