Después de que el 1 de junio pasado se levantara la restricción que impedía organizar los periodos de voluntariado, la Fundación ACC se apresuró a poner en marcha la búsqueda de voluntarios para la acogida en Santiago de Compostela. En los primeros días tras la apertura del proceso para solicitar el voluntariado comenzaron a llegar decenas de ofrecimientos, sumando un total de 191. De todas ellas, finalmente fueron 68 las personas con las que se acordó una fecha para llevar a cabo su voluntariado cuya labor principal ha consistido en la atención del punto de acogida del Monte do Gozo así como la distribución de la Compostela en el Centro Internacional de Acogida al Peregrino en la Rúa Carretas.
Los primeros voluntarios llegaron el 15 de junio para llevar a cabo su labor durante dos semanas y así se han ido sucediendo unos a otros hasta el pasado 31 de octubre fecha en la que finalizó este programa de voluntariado de la Fundación Acogida Cristiana en los Caminos de Santiago.
Los datos estadísticos de estos 68 voluntarios se ven aún marcados por el efecto de la pandemia. Por una parte porque el número total de voluntarios está lejos de cifras de años prepandémicos debido tanto a que su presencia se inició más tarde como a la imposibilidad de organizar programas como el de la pastoral universitaria de los jesuitas. También la procedencia de los voluntarios, al igual que ocurre con la de los propios peregrinos, ha hecho que los españoles tengan un porcentaje más alto que anteriormente.
Al margen de estos datos también hay que añadir la labor de 9 voluntarios locales, residentes en Santiago de Compostela y que uno o dos días a la semana han estado durante todos estos meses acompañando a los peregrinos. También han estado presentes en torno a una treintena de voluntarios de las asociaciones alemana y francesa que han abierto desde julio hasta noviembre sus seminarios de acogida en idiomas del Centro Internacional de Acogida al Peregrino.
Estadística de los 68 voluntarios que han concertado su presencia en Santiago mediante ACC:
España
29
Alemania
5
Francia
5
EEUU
7
Italia
6
Irlanda
4
Portugal
2
Holanda
2
Hungría
1
Nacionalidad de los voluntarios
Galicia
5
Andalucía
9
C. Valenciana
4
País Vasco
1
Castilla – La Mancha
2
Madrid
5
Aragón
2
Baleares
1
Región de procedencia de los 29 voluntarios españoles
Interrumpida el año pasado por la pandemia, la acogida de peregrinos francófonos en Santiago de Compostela se reiniciará a partir del 1 de julio y se extenderá hasta el 31 de octubre. Esta iniciativa, organizada por la asociación Webcompostella, celebra además este año su 20 aniversario. Cada quincena el grupo de acogida en francés estará formada por un equipo de tres o cuatro laicos (que hayan sido anteriormente peregrinos) y un sacerdote. Su local está ubicado en el Centro Internacional de Acogida al Peregrino, a donde cada peregrino va a buscar su Compostela.
Cada día serán tres los momentos clave en la programación de la acogida francófona. Por la mañana se celebrará la Santa Misa en francés en la Capilla del Centro Internacional de Acogida al Peregrino. Por la tarde, a las 15: 30h, se ofrecerá un tiempo de escucha y de compartir las experiencias del camino a los peregrinos. Finalmente, a las 18.30h , se llevará a cabo una visita de acompañamiento espiritual por los alrededores de la catedral. Se invita a cada peregrino a reflexionar sobre los elementos exteriores del edificio que pueden hacer eco del propio camino que acaban de recorrer. Durante distintos momentos del día, los peregrinos francófonos que lo deseen podrán recibir el sacramento de la Reconciliación o sencillamente tener un diálogo espiritual con el sacerdote que acompaña al grupo de voluntarios.
La acogida de este grupo francés es, tal y como ellos califican «incondicional». Está dirigido a todo peregrino francófono, sean cuales sean sus convicciones religiosas, ya que este grupo sitúa a “la persona humana ante todo” . Lo más destacado de esta bienvenida para los propios voluntarios es la idea de que llegados a Santiago han alcanzado el fin del Ultreia (más lejos) y una vez en la ciudad del Apóstol ha llegado el momento, al pie de las torres de la Catedral, del Suseia (arriba), hacia Dios.
La recepción de habla francesa es llevada a cabo por voluntarios cuyos gastos de alojamiento son cubiertos por la asociación. Este servicio se mantiene, en definitiva, con generosidad de los peregrinos que hacen su donativo en la asociación. En este sentido la propia organización hace también un llamamiento a la participación para que este sistema de acogida, que es apreciado por los peregrinos, pueda continuar.
Algunos cursos de secundaria del colegio Santa María del Mar de A Coruña hicieron un pequeño tramo del Camino de Santiago. En su llegada a la ciudad del Apóstol, el delegado de peregrinaciones Don Segundo Pérez, les recibió en el Centro Internacional de Acogida al Peregrino y les hizo entrega de un certificado de visita, a nombre del propio colegio. «Esta vez no podéis llevar la Compostela porque vuestro Camino ha sido menor a 100km» les dijo Don Segundo, pero les animó a en los próximos meses con sus familiares o amigos emprender una nueva peregrinación más larga que les permita obtener el tradicional certificado personal de los peregrinos.
En una breve ceremonia de acogida llevada a cabo en la Capilla del Centro Internacional de Acogida al Peregrino Don Segundo Pérez habló a los jóvenes de la importancia del Apóstol Santiago en nuestra fe, en su papel evangelizador y su testimonio de vida cristiana llevada hasta el extremo de su martirio.
El hasta ahora canónigo lectoral de la S.A.M.I. Catedral de Santiago, Don José Fernández Lago, fue elegido por el Cabildo nuevo Deán. La toma de posesión de este oficio tuvo lugar el pasado sábado 27 de marzo en el marco de la Eucaristía del Peregrino que presidió el Arzobispo Monseñor Julián Barrio.
El nuevo Deán pronunció un discurso en el que puso a los peregrinos en el centro de su acción como presidente del Cabildo Metropolitano “hemos de mirar, ante todo y sobre todo, a los peregrinos” afirmó. También recordó el gran cambio que se produjo en los últimos en torno a la peregrinación jacobea “Santiago, desde los 60 peregrinos que llegaban cada año cuando yo empecé a ser canónigo, hasta el momento presente, se ha convertido en un Centro de Peregrinación con una gran afluencia de personas en actitud de búsqueda”.
Fernández Lago, en sus palabras dirigidas a sus hermanos canónigos, resaltó la necesidad de ofrecer a los peregrinos, en el marco del esplendor artístico de la renovada Catedral, “la riqueza espiritual que los peregrinos desean”. En sentido mostró su disponibilidad como Deán y la de todo el Cabildo en conjunto para dar a los peregrinos “el alimento de la palabra divina, promoviendo celebraciones del perdón sacramental y de la Eucaristía”.
En los días previos a la
declaración del estado de alarma y que se decretaran las limitaciones de
movilidad, la Catedral y el Centro Internacional de Acogida al Peregrino
siguieron las recomendaciones de las autoridades y tuvieron que cerrar sus
puertas. Dado que en aquellos días muchos peregrinos se encontraban caminando a
Santiago, el servicio de emisión de la Compostela no se interrumpió y se
habilitó un sistema extraordinario para obtenerla. Los peregrinos debían
depositar en un buzón instalado en el exterior su credencial como comprobante
de su peregrinación y rellenar un formulario con sus datos personales.
Después de que los documentos
pasaran una cuarentena, el personal de la Oficina del Peregrino procedió a la
preparación de los certificados y a sellar con el timbre de la Catedral sus
credenciales. En estos días el Centro Internacional de Acogida al Peregrino ha
comenzado a remitir por Correos las Compostelas de aquellos peregrinos cuyo
final del camino se vio tan tristemente condicionado por la expansión del
covid-19.
Representantes de los albergues del Camino de Santiago abordaron en Puebla compartieron esta semana sus experiencias dentro del encuentro «Acogida: La caridad sabe ver», organizado por la asociación Acogida Cristiana en el Camino de Santiago (ACC). El arcipreste de Sanabria y Carballeda, Jorge Flórez, abrió la primera jornada, el lunes, en la que participaron cerca de 40 personas entre hospitaleros, voluntarios, sacerdotes, religiosas e incluso profesoras.
El responsable de la
ACC, Jaume Alemany, de Mallorca, y los delegados del Camino de Santiago de las
Diócesis de Astorga y Tui-Vigo, Antolín de Cela y Uxío Domínguez expusieron
tanto los beneficios como los problemas de «peregrinos» y
«turigrinos» que colonizan el camino y los albergues.
Entre los problemas
está la fuerte estacionalización del camino en verano, el auge de turistas del
camino, más que peregrinos; la falta de albergues en algunos puntos, los bulos
sobre las condiciones higiénicas, pese a que pasan inspecciones sanitarias cada
seis meses. En algunos casos la insuficiencia de donativos impide su
sostenimiento en las épocas de menor afluencia.
Alemany incidió en el
concepto de hospitalidad cristina y la condición religiosa de estos albergues.
Abogó por que el trato y la acogida a todos los peregrinos, sea «con
profesionalidad y digno» no solo en el aspecto material, sino también en
el encuentro más formal con la oración a los peregrinos. Abordó otro tema
candente la gratuidad o donativos de los albergues, ante lo que planteó un
precio mínimo sin ánimo de lucro, que permita cubrir los costes reales. Expresó
que «quizás tendremos que formar a los hospitaleros. Hay muy pocos que se
sientan preparados, por ejemplo, para bendecir».
Antolín de Cela señaló
que «mantener las iglesias abiertas es importante» para que los
peregrinos no se encuentren las puertas de los templos cerrados que les permite
«entrar, sentarse, respirar, rezar, reflexionar o acordarse del día de su
Comunión», poder asistir a misa y conseguir la implicación de los jóvenes
del pueblo para explicar y acercar su iglesia a los visitantes, algo que es
difícil. En muchos lugares no hay incluso donde sellar la credencial, como
constataba el ponente.
En el debate se el
historiador José Manuel Rodríguez Montañés apuntó «el valor esencial de la
acogida» del hospitalero en Camino de Peregrinación que, en estos
momentos, es objeto del inicio de un expediente de Patrimonio Inmaterial de
la Unesco.
El mayor peligro es precisamente la «turistización» del camino en relación a los albergues de carácter eclesiástico, que demanda «una vuelta a los valores esencialmente religiosos que tiene como meta un camino espiritual y religioso».
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